La ciberseguridad es el conjunto de herramientas, políticas, conceptos de seguridad, salvaguardas de seguridad, directrices, métodos de gestión de riesgos, acciones, formación, prácticas idóneas, seguros y tecnologías que pueden utilizarse para proteger los activos de la organización y los usuarios en el ciberentorno.
Es decir: define todos los conceptos que rigen la seguridad a través de Internet. Datos personales, información bancaria, claves, compras online… La cantidad de información que circula por Internet es enorme. Y los riegos se hacen patentes cada día con mayor riesgos para la persona de a pie, pero también para las empresas, las instituciones e incluso los países. El ciberentorno es cada día más grande, y precisamente la ciberseguridad debe garantizar la seguridad de nuestros “movimientos” en la red.
Ahora piensa en el término hacker. Seguro que lo primero que te viene a la cabeza es alguien capaz de quebrantar la seguridad informática, o un friki que no sale de su habitación ni para comer. Sin embargo, el término tiene otras connotaciones. Para algunos es un programador muy talentoso. Para otros, un hacker es alguien que busca explicaciones profundas del funcionamiento de las cosas; no sólo le interesa cómo funcionan, sino por qué. Pero quizá la definición más acertada sea, por mucho, la de un experto en ciberseguridad.
El cine nos muestra la imagen de un hacker que, tras escribir a toda velocidad en su teclado, obtiene el acceso a bancos, a la base de datos del FBI o a las fotos “privadas” del presidente de los Estados Unidos. Evidentemente las cosas no son tan peliculeras, pero no os quepa duda de que estos ataques son reales.
Por ello es más necesario que nunca formar a profesionales que sepan encontrar errores en la lógica de un programa, y que le permita controlar las instrucciones que se ejecutan. ¡Además es una de las profesiones con más salidas laborales!